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Omega 3

Algo que se recomienda mucho últimamente es el consumo de ácidos grasos omega los cuales por su estructura son ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga y se encuentran en una gran variedad de alimentos de origen vegetal y animal, son componentes dietarios que se consideran esenciales para el ser humano porque no tenemos las enzimas necesarias para poder producirlos internamente.


Es importante señalar que existen dos tipos de omega, los poli que serían el omega 3 y el 6, y los mono que sería el omega 9, las funciones de los omega 3 y 6 en el ser humano son opuestas, por decirlo de una forma sencilla, y el consumo excesivo de omega 6 presente sobre todo en aceites de origen vegetal, ha provocado que se rompa el equilibrio en la relación que debe de existir entre el omega 3 y 6, que de acuerdo con la OMS debe de ser 4:1, mientras que una persona promedio tiene una relación de 20:1.

chico ejercitandose


Dentro del omega 3 hay tres componentes principales, EPA, DHA y ALA los realmente benéficos para el organismo son los primeros dos que se encuentran en los alimentos de origen animal, ya que ALA se utiliza principalmente como energía y no llega a ejercer las funciones de los otros dos. Estos componentes, EPA y DHA por decirlo de una forma, se insertan en las membranas de nuestras células y participan en diversos procesos fisiológicos y moleculares, funcionando como mediadores o promotores de eventos que nos pueden ayudar a recuperarnos mejor.
Al estar en la membrana tienen injerencia diversas señales celulares que activan factores de transcripción como NF-kB, PPARs que tienen como finalidad la producción de proteínas que se traducirán en citosinas pro-inflamatorias, lo cual puede provocar que se activen en exceso células del sistema inmune como los macrófagos y monocitos cuyo aumento en su presencia puede producir inflamación patológica, desencadenando enfermedades como la inflamación intestinal crónica, la artritis, etcétera. Además interfieren con el ciclo del Ácido araquidónico por lo cual evitan que este se convierta en tromboxano y/o prostaglandinas lo cual puede favorecer la inflamación y agregación plaquetaria.


EPA y DHA en resumen se comportan como inflamatorios, anti-trombóticos, vasodilatadores, protectores de la función cardiaca, aumentan la fluidez de la sangre y pueden favorecer el transporte de oxígeno, además que ayudan a disminuir el estrés oxidativo y la inflamación provocada por el ejercicio. Por lo tanto se le ha relacionado como una ayuda ergo génica muy eficaz para muchos deportes, debido a que ha incrementado significativamente el VO2máx, que es una medida para evaluar la capacidad del cuerpo para realizar ejercicio, además de que ayudo a reducir el peso corporal, el porcentaje de grasa, disminuyo el dolor muscular inducido por el ejercicio, lo cual a la larga podría facilitar mejores adaptaciones al entrenamiento y provocaría una mayor adherencia al ejercicio.

Por: Yoana Sinue Martínez Sandoval, especialista en Nutrición Deportiva.